FRUTOS DE AMAGRO

                                                

                                        

               Amagro, durante los siglos pasados, después de que dejara de ser recinto sagrado, fue lugar en que los pobres de la comarca de Gáldar mitigaron sus penurias con su leña de poca calidad, sus escasas aguas, exiguos pastos y cereales de supervivencia (casi en su totalidad se repartió, durante el siglo XVIII, en suertes de 13 celemines). Y fue lugar en que los acomodados aumentaron su riqueza, acaparando aquellas suertes.

          Hoy, Amagro sigue siendo generoso con sus frutos, como muestra ese bodegón cosechado en San Isidro. Y los acomodados siguen aumentando su riqueza, en forma de grandes fincas, de extracción de áridos, recalificaciones…y ya mismo de paneles solares, aerogeneradores…

          Amagro es, también, el salvaje oeste de Gáldar, la otra cara de la Ecoisla.  
 

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