La solución trampista para Canarias (y Gaza)



                                                        Pintura de Diego Higuera Molina

En definitiva, se trataría del traslado voluntario de toda la población a la Riviera de Gaza. El gobierno del PSOE de acuerdo en lo esencial, a la espera de los detalles y con una visión realista de las relaciones internacionales: “Si no puedes con tu enemigo, únete a él”. El PP, por una vez de acuerdo con el ejecutivo: “Ya se debatió en las Cortes la venta de las Canarias a Inglaterra a comienzos del XX”, pero -y en esto coinciden con Vox- “ahora está todo atado y bien atado”. El nacionalismo canario, firmemente unido, proclama con rotundidad: “Cordero manso, mama de su madre y de la ajena”.

Ante las continuas protestas de gran parte de la población canaria por el deterioro medioambiental derivado del crecimiento descontrolado del turismo y por la masificación, no solo de las zonas costeras tradicionalmente turísticas, sino también de los pueblos del interior que hasta ahora habían permanecido al margen de este fenómeno, protestas que han ido generando un malestar entre los visitantes y el empresariado, algunos grupos políticos han manifestado su claro rechazo a las pretensiones expuestas por representantes sindicales y ecologistas acerca de una posible regulación más restrictiva de la primera industria de las islas.

Tanto es así que se ha filtrado la propuesta que Abascal trasladó al recién elegido presidente norteamericano en los días previos a su proclamación, y que parecen estar en el origen de esta nueva ocurrencia del mandatario: “Yo creo que la solución sería destruir todos los aeropuertos y puertos de las islas. Y entonces obligar a la población canaria autóctona a utilizar todos los alojamientos turísticos, hoteles, hostelería, etcétera, de las islas para que la hostelería pueda comer”.

La solución de Trump, como todas las suyas, es muy simple:

        -Traslado de los 2 millones de canarios a la franja de Gaza, ya libre de los gazatíes deportados a otros países.

        -Los canarios tendrían una vida más próspera y tranquila, en un lugar paradisíaco: trabajarían en la hostelería, oficio que ya conocen “y único para el que sirven, para el que están predestinados”.

        -Unos pocos, quizás respetando el entramado social de la actualidad, mantendrían su estatus como enseñantes, sanitarios, burócratas o suministradores de servicios de la población nativa.

        -Puertos, aeropuertos, policía y vigilancia de fronteras correrían a cargo de la administración estadounidense, sufragados en parte con los impuestos a la actividad económica.

        -Para el equipamiento hostelero y el servicio de turoperadores, esa administración adjudicará una serie de concesiones, con preferencia por el estado de Israel y sus empresariado, buenos conocedores de la región.

        -En Canarias, ya libre de molestias, se levantará la nueva Riviera del África Blanca, en la que todo el territorio estará a disposición de un turismo que sepa apreciar “los innegables valores de aquella tierra privilegiada”.

El Gobierno de España y el partido que lo sustenta han cedido a la primera presión de Trump: “Si ya lo hicimos con el Sáhara y Marruecos…”.

Por su parte, el Partido Popular, tan crítico con las medidas y decisiones del gobierno, esta vez se ha mostrado “absolutamente de acuerdo, como siempre lo hemos estado en las cuestiones realmente trascendentales”: “Hasta nuestro mismo régimen se desentendió de la provincia del Sáhara Occidental Española y de sus españoles ciudadanos”.

En cuanto a los diferentes grupos del nacionalismo de las dos islas, siempre a la gresca por nimiedades -como nuestros mismos magos dispuestos a matarse por medio metro en el lindero mientras se muestran indolentes frente a la venta de las islas a los foráneos- ante la inesperada situación, han aparcado su máxima “yo quiero ser califa en lugar del califa”, y en el Tagoror Nacional celebrado durante el equinoccio de primavera en el recinto sagrado del Bailadero de Anaga, se pronuncian con una sola, grande y libre voz:

“La virtud de los débiles es la prudencia, mira a los palestinos, a donde los ha llevado su orgullo.

Nuestro ejemplo es Añaterve y es Tenesor.

Cordero manso, mama de su madre y de la ajena, es el nuevo y viejo grito patrio”.

De la letra pequeña ha trascendido algún detalle:

        -El estado español recibirá una compensación económica una vez evaluados los gastos tras la reubicación. “Menos sacamos con la venta de Puerto Rico”, es el comentario más repetido en los círculos políticos capitalinos.

        -El traslado afectará a todos los nacidos en Canarias y a aquellos que, en el momento de la firma del acuerdo entre Estados Unidos y España, gocen del estatuto de “residente canario”. Esta cuestión ya ha suscitado algunas reacciones que no se pueden calificar más que de apresuradas.

Por un lado, algunos de los naturales que viven en la Península Ibérica, Baleares, Ceuta y Melilla, se muestran dispuestos a compartir la misma suerte -incluso se habla de privilegio- de los compatriotas de las islas. Otros, quejosos por no disponer del estatus de residente tras seis meses empadronados fuera, opinan que esto es suficiente para poder desnaturalizarse y no ser arrastrados a lo que -quizás hiperbólicamente- califican como exilio.

Por otro, los españoles peninsulares, de Baleares, de Ceuta y de Melilla, que “por solo llevar seis meses somos considerados residentes canarios, sin que tengamos arraigo alguno” expresan sin ambages la injusticia de tener que seguir el mismo destino que los naturales. Quizás por ello ya se avanza que serán traslados solo los que dispongan del citado estatuto “en el momento de la firma del acuerdo”, que, evidentemente, se demorará más de seis meses, puesto que hay que limpiar toda Gaza.

¿Quién será el primero en abandonar el barco que zozobra?

Por último, el gobierno español, con el aplomo y la audacia -aquí rayana en temeridad- que lo caracterizan solicita que, en su momento, cualquiera de sus nacionales que lo desee pueda visitar, en calidad de turista, las islas, en atención al cariño que por aquellas tierras han ido atesorando en los últimos cinco siglos, y que el rey siga siendo considerado Jefe del Estado, a título meramente honorífico, como lo es el de Reino Unido de Australia, porque, en cualquier circunstancia “las Canarias seguirán perteneciendo a las Españas, como Filipinas o Puerto Rico”.

Estados Unidos se compromete además a solucionar el problema de la inmigración ilegal “con un par de patrulleras”.

Atis Amagro, 7 de febrero de 2025.

Comentarios

  1. Esta mañana leyendo el extenso comentario, se me atragantó la leche escaldá. La verdad es que me he tomado el traspaso poblacional propuesto por el " sietemacho" como una broma; pero repasando la historia, no es nada nuevo...¡tengo que pensar !...

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  2. YAl conejo me riscooo la perra.

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