Adtemexi

 Adtemexi, 13 de agosto

Ruta Bentejuí 1992 (en homenaje a Attaxa y Adtemexi)

Niña de Tenerife, de 5 años, presentada para su venta en el mercado de esclavos de Valencia el 12 de agosto de 1494.

Adtemexi, no llegó a ser gente para su pueblo porque un mal día, de los que ha habido tantos para nosotros, desde la época de la conquista, fue arrancada de su casa, de los brazos de sus padres, alejada de su tierra y, en la inmunda barriga de un barco sin corazón, conducida lejos de todo lo suyo para, en recovas de carne humana, ser vendida a quien más pujara.

La suya es la historia de la esclavitud en Canarias, que para los habitantes de las Islas comenzó no bien los europeos dominaron medianamente la ruta por la costa noroccidental de África. Ya Ibn Jaldún nos habla de una expedición realizada a mediados del siglo XIV por “francos” que se saldó con el apresamiento de cautivos canarios, algunos de ellos vendidos en Marruecos. Serra Ráfols, identifica esta expedición como la hecha por navegantes catalanes (francos) en 1354.

Durante esa centuria, se organizan expediciones, a modo de empresas comerciales que, valiéndose de la fuerza y el engaño, efectúan razias en los poblados costeros de las Islas, a fin de capturar el mayor número posible de canarios para ser vendidos en los mercados europeos.

Estos barcos proceden de España y Portugal, lo que resulta natural, dada su posición geográfica. Tal llegó a ser la importancia de estos apresamientos que tuvieron que emitirse documentos prohibiendo a los vecinos de Palos, Moguer, Gibraleón y Lepe, el apresar esclavos canarios, prohibiciones no han de entenderse como rasgos de humanidad o justicia por parte de los gobernantes españoles, sino como un intento de controlar este negocio de tanta importancia para la Corona, ya que esta obtenía su porcentaje por cada esclavo vendido “reglamentariamente”, aunque muchos esclavos también serían vendidos “ilegalmente”, en especial cuando, ya en el siglo XV, se emprende la conquista definitiva de las Islas.

En 1494 se inicia la de Tenerife. Tras la derrota en Acentejo, los españoles se retiran precipitadamente al fuerte de Añaza (Santa Cruz) y allí permanecen hasta principios de junio en que regresan a Gran Canaria. Esta campaña se saldó con su derrota militar, pero no fue un fracaso económico, porque de ella sacaron bastantes esclavos, una de ellos fue nuestra Adtemexi, una niña de cinco años, apresada en Tenerife y vendida en Valencia, el año de gracia de 1494, para mayor riqueza de Alonso de Lugo, los Católicos Reyes de España, y gracia de su Señor.


(Tomado de Onomástica aborigen de Canarias, de Domingo Oliva Tacoronte)

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Comentarios

  1. Da escalofríos cuando nos ponemos en la piel de tantos y tantas cuyos nombres han trascendiendo y cuantxs anonimxs!

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